Mañana emprendo otro viaje, el tercero en lo que llevo en mi corta (¿?, intensidad aparte) vida.
El primero, tortuoso y pedregoso, a estas alturas del partido me hace sentir un poco como "Coño, perdí el tiempo miserablemente", y ello a pesar del ramillete de experiencias, el caudal de disciplina y sobre todo el nivel de sabiduría y constancia que de esos años me quedaron.
El segundo, se me hizo tan rapido que aún no asimilo que fué este mismo año cuando llegó a su final. Obviamente, para mi, no era suficiente. A por mas entonces - me dije.
Lo busqué y lo conseguí. Mañana, el tercero de los tantos caminos. Lo comienzo no con el mismo entusiasmo del primero, emoción que se vive solo la primera vez, como la primera vez que haces el amor, la primera vez que te emborrachas, la primera vez que peleas, la primera vez que vas a un concierto en el poliedro. No con ese miedo, con ese nerviosismo del primerizo, ya que estoy conciente de la avalancha que se me viene, pero al menos ya el muro de contención está hecho, y mas sólido que nunca.
La primera vez no lo hubo.
Mañana, no comienzo con ese entusiasmo del universitario que por primera vez sentirá lo que es la vida en su respectiva alma mater. Pero si con la certeza de que Dios me colocó donde desde el principio tuve que estar. De que nunca es tarde. Y tambien con la certeza de que la lucha, por dura que se torne, me hará mas fuerte, y me llevará a la cima del triunfo tan anhelado:
Ser un taxista con (otro) título universitario.
Nota: es paja, si estoy nervioso, si estoy cagado.
Nota2: Este post tendrá su actualización en 5 años, si Dios quiere
No hay comentarios:
Publicar un comentario